25N Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. ¿Tendencia o realidad?

Dedicar un día, a un motivo concreto, es importante para que recordemos que existe. Porque lo que no se nombra no existe, pero... ¿Qué pasa si sólo se nombra un día al año?

El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, desde que se proclamó en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre  de 1999.
 
El origen se remonta a 1960, cuando Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, fueron asesinadas en la República Dominicana por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Ellas eran (y son) conocidas como "Las Mariposas". Las hermanas Mirabal buscaban la salida de la opresión de su pueblo, la libertad de una sociedad oprimida por un dictador. 

Estamos en el año 2021 y continuamos con la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Es una cuestión que se plantea a nivel mundial y si es así, ¿por qué nos cuesta tanto que se haga realidad esa igualdad de derechos? 

Cada 25 de noviembre se leen cientos de manifiestos, en diferentes lugares, en los que se hacen propuestas para alcanzar la igualdad de derechos, para erradicar la violencia que se dirige hacia las mujeres. Cada 25N recordamos a las víctimas mortales de ese año, tanto mujeres, como niños y niñas. Este año, y a día de hoy, 37 mujeres y 5 niños/as han sido asesinados/as.
¿Por qué no desaparece la violencia? ¿Puede que las propuestas que se hacen en los manifiestos no sean reales?

No voy a dar ninguna respuesta a estas preguntas. Quiero que cada uno se responda a sí mismo, que seamos capaces de mirar a nuestro alrededor, utilizando una nueva mirada. Una mirada que vaya más allá de una simple ojeada. Mirar con interés, lo que supone que toda nuestra atención estará en lo que observamos y escuchamos. Una vez realizada esta observación, cada uno obtendrá su respuesta y con bastante probabilidad, será diferente a la que tenía antes.

En mi opinión, y ahora sí la voy a dar, cuando miramos a nuestro alrededor con atención vemos un mundo diferente al de todos los días. Somos capaces de tomar decisiones más acertadas, o al menos con más información para dar respuesta a nuestras preguntas. 
¿Y si eso lo hacemos de forma habitual? ¿Cambiarían las relaciones que tenemos entre las personas? ¿Cambiará nuestra actitud?

Sólo puedo decir lo que me pasó a mi. Una sola persona, una mujer, Isabel Gallardo Sánchez, el 25 de septiembre de 2018 decidió actuar de una manera diferente ante una noticia, una noticia más de un acto de violencia vicaria. Pero su respuesta no fue una más. Se propuso hacer algo y que esas dos niñas asesinadas no quedaran en el olvido como tantas otras víctimas. No había nada que la relacionase con el caso, pero ese día decidió que tenía que hacer algo para evitar que casos así se volvieran a producir. 

Tuve la suerte de conocer a esta mujer, a Isa, que hasta entonces desconocía, a pesar de que teníamos una amiga en común, Patri. Y así, con una palabra bonita, mucha emoción y una gran ilusión por ver una mariposa volar, comenzó un proyecto, un compromiso de hacer algo.
 
La implicación desde el primer momento, ha sido la mayor fuerza para que esa primera mariposa volara con 500 post-it, cada uno con un mensaje de un/a alumno/a del CEIP El Molí (Torrent, Valencia) el 25 de noviembre de 2018 y desde esos primeros mensajes, se han ido sumando niños y niñas, jóvenes y adultos que comparten un mismo símbolo.

La mariposa vuela por cientos de lugares, pero lo más importante es, que cada una de las mariposas que vuelan tiene un mensaje relacionado con el respeto, la igualdad, la tolerancia, el amor, la diversidad y así, hasta formar una mariposa llena de palabras, llena de valores que quieren llenar los centros educativos de ejemplos de alumnado y profesorado que se respetan, que comparten un mismo objetivo: la igualdad de derechos. 

Pero las mariposas no se han quedado ahí, sino que han seguido volando y han llegado a asociaciones, ayuntamientos, universidades, centros de mayores, centros de educación especial, residencias de mayores, residencias de salud mental y un largo etc. Cada una de una forma, con un material distinto, cada una con un mensaje, pero todas ellas con un mismo fin. Conseguir una sociedad más igualitaria y respetuosa sin violencia de género. 

Actualmente, tres años después de esa primera mariposa, son miles las personas que conocen este proyecto: "El latido de las mariposas depende de nuestra actitud", que lo comparten y lo aplican en su entorno. Muchas mujeres sienten que las mariposas les dan fuerza para continuar día a día para salir del ciclo de violencia que las tiene o tenía atrapadas. Muchas personas comparten la mariposa con doce palabras, doce valores que simboliza el latido de cada mariposa. 

Después de todo lo vivido (y lo que nos queda por vivir con este proyecto), solo puedo plantearme que la única forma de acabar con la desigualdad de derechos, la única forma de acabar con la violencia es, dejar de pensar que es tendencia de un día. Tenemos que cambiar la mirada y actuar todos los días del año por una sociedad en la que tengamos los mismos derechos. 

Tanto Isa como yo, os animamos a compartir esta forma de mirar en nuestro día a día.